-Made a wrong turn once or twice. Dug my way out, blood and fire. Bad decisions, that's alright. Welcome to my silly life.-

22 de febrero de 2013

Café.

Por las mañanas de invierno soy adicta al café, a quedarme cinco minutos más en la cama y a bañarme con agua bien caliente. De vez en cuando me gusta cocinar y a veces se me antojan unos panqueques con dulce de leche para desayunar. Me gusta pintarme las uñas de forma distinta así me recuerda que yo soy así. Bailo e interpreto mis canciones preferidas sola en mi cuarto y cuando tomé confianza con vos lo hice en frente tuyo.
Todo esto vos lo sabias bien, compartiste tiempo conmigo para averiguarlo, lo que no sabías es esto..
Estaba segura de que nunca me faltaría esa pierna cual tenía de apoyo cuando me sentaba de forma extraña como siempre lo hice. Apostaba a que nunca ibas a hacerme daño ni a mi ni a nadie. Te creí todos los cuentos de hadas que contabas sobre yo siendo tu musa bailarina inspiradora, me dolieron cuando entendí la realidad. Mis ansias por ser diferente era porque no me creía demasiado para ti, pero al final me di cuenta que ya era diferente sin intentar serlo.
El café que tomaba todas la mañanas era para que me diera ese calor interno el cual nunca me hiciste sentir, nunca me pudiste llenar por completo, y por eso me odio a mi misma, por hacer tanto por alguien que desde el principio sabía que no era para siempre.

13 de febrero de 2013

Ella y él.

En la habitación se sentía la tensión en el aire. Ella estaba sentada en ese sillón rojo que tanto le gustaba mientras lo miraba a él, no, no lo miraba solamente, lo observaba. Podía ver dentro de su cabeza y saber que era exactamente lo que estaba pensando, pero nunca supo que la quería.
Él la deseaba con tanta fuerza que pensaba que al rededor de él todo su entorno estaba ardiendo. Nunca se había sentido de esa forma con nadie, ella era hermosa, solo que no lo sabía. Mientras él miraba el piso deseando tocar su pelo, ella se limaba las uñas desinteresada.
-¿Puedes dejar de hacer eso?- Grito él. - Me está poniendo los pelos de punta.
Ella, incrédula dejó a un lado la lima, se sintió indefensa, como si tuviera que apartar su arma.
Él no era nada encantador, pero había algo que no cuadraba, algo que le hacía desear gritarle con toda su voz para ver cual era su reacción, pero obviamente no lo hizo.
Pareció una hora, pero estuvieron mirándose a la cara por un minuto, y al siguiente momento, sin que ella lo pudiera anticipar, él se abalanzó sobre ella y la besó.
Ese beso fue tan apasionado que ella no pudo quedarse sentada, necesitaba pararse y eso no le bastaba, se tuvo que parar en puntillas. Él había actuado tan deprisa que ella no sabía que hacer, pero luego de unos segundos encontró su lugar en sus brazos y colocó los sullos por detrás de su cuello. Se sentían tan bien que él empezó a juguetear con su cabello dorado cual olía a caramelo de coco. El aliento de él sabía a menta, y ella amaba la menta, le recordó la vez que fueron a tomar helados y ella lo eligió de menta, pensó que no lo había olvidado, pensó que él sabía que ella amaba la menta.
Al separarse el mundo se hizo más pequeño. Todo tenía sentido ahora. Ella sabía que la quería, y él sabía que no estaba equivocado.

10 de febrero de 2013

Amor.

Una palabra tan fuerte. Para diferentes personas puede significar tanto y para otras puede que la destrulla por dentro. La perspectiva del amor de cada quien varía de acuerdo con su personalidad.
Para mi, hay varios tipos de amor. Uno es el amor de pareja, ese amor cual deseas desde que tienes memoria, que harias cualquier cosa por poseerlo. Cuando lo tienes, al principio te sientes como si tus pies no estuvieran siendo afectados por la gravedad, sinó por otra fuerza la cual emite la otra persona deseada. No te sentís como si fueras vos mismo, porque serías quien fuera solamente para tener a esta persona, por cuidarla, acompañarla y que sea correspondido. Tu vida cambia radicalmente cuando esto se convierte en rutina, sentis que lo más importante lo tenes ahí siempre, y lo empezas a descuidar de poco a poco hasta que un día pasa lo menos esperado y desaparece. Esa persona a la que confiabas tu vida te traicionó y te rompió el corazón. Sentis que el mundo termina en ese momento y que nunca vas a poder recuperar a tu verdadero ser. Todo lo que tenías de base, lo que te impulsaba a levantarte día a día no está más y lo único que podes hacer es culparte a vos mismo o a la otra persona amada. Pero de un momento para el otro volves a tener esperanza, porque sabés que otro amor va a volver y todo va a volver a tener sentido, así que esperas y esperas hasta que un dia lo encuentras.
Hay otro tipo de amor, ese amor que tenes a un familiar o a un amigo, sabés que ese amor es para siempre, no importa lo que suceda. Este tipo de amor, es uno de los amores más puros, ya que no todas las personas lo pueden tener. El amor este es incondicional.
De estos dos tipos de amores, mi vida está repleta. Pero hay otro amor, el cual no muchas personas están familiarizadas.
Este último tipo de amor que conozco es el amor que cada persona se siente por si mismo. Antes no entendía la razón por la cual este amor no era conocido por mí. Hasta que me di cuenta que era porque mi persona estaba muy ocupada con el primer y segundo tipo de amor que no me quedaba tiempo para mi misma.
Hoy me amo tanto como a mi familia y amigos, hoy mi vida dejó de ser en torno a los demás y arranqué a vivir mi propia vida.