Vivo en mi mundo de fantasía, me gusta que mi mente vuele a lugares que nadie se puede imaginar. De un momento para el otro estoy en mi lugar seguro, hasta que viene alguien y me despierta de mi sueño vivido.
Me gusta vivir allí, pues nadie me puede sacar, nadie sabe el camino cual tomar para llegar, tampoco saben la razón cual existe ese mundo tan extraño. No lo comparto con nadie, es mio y solamente para mi.
Cuando me encuentro ahí siento que volví a mi casa. Las criaturas vivientes en ese extraño lugar me buscan cuando estoy lejos, pero saben que tarde o temprano volveré a buscar mi espacio seguro. Cuando vuelvo, me reciben como si nunca me hubiera ido, pues nunca me voy, solamente pretendo irme para poder volver y ser feliz.
En mi mundo existen especies extintas, nunca vistas, caminan dinosaurios, saltan hipogrifos, las ninfas me saludan cuando camino cerca de su bosque, las sirenas me deleitan con su canto, de vez en cuando vuelo en mi thestral preferido mientras los dragones esperan que aterrice para contarme como va su día, cuando miro al cielo descubro que Zeus y Afrodita me saludan en bienvenida y también algún que otro superheroe me enseña sus movimientos. En fin, me quieren como si fuera uno de ellos.
Por más que intente, no puedo dejar de ir allí, mis amigos me arrastran hasta que no lucho más y me dejo llevar por ellos para volver. Llegué al punto de sentirme rechazada en cualquier lugar que no sea este.
No me interesa vivir en otro mundo que no sea el mio.
Así que dejame de hablar de tu pésima, triste, confusa y terriblemente aburrida realidad.