Todo empezó con una sola palabra. Y luego dos, tres, cuatro, hasta que ahora son incontables. Como mis errores, primero fueron menores y ahora ya no se ni como soy. No me mal entiendan, no fue a proposito, pero es que soy ciega. Estoy cegada por el amor, por el dolor, el sufrimiento, las heridas abiertas, luego cerradas y por último re abiertas.
Estas mismas heridas, no sos vos el que las sanará. tampoco es él, ni tampoco ella. Soy yo.
Mis propios errores me dejaron anclada en este puerto abandonado. Mis mismas elecciones erroneas hicieron que las heridas cerradas vuelvan a florecer como margaritas en primavera. Mis propios llantos hicieron que cada gota de agua derramada se sintiera como ácido. Mis propios pensamientos llegaron a la misma conclución de siempre: Nadie puede conmigo.
Al nadie poder conmigo tengo miedo de quedarme completamente sola. Aunque es mi destino le tengo miedo, como también a la infelicidad. Pero al fin y al cabo me doy cuenta que me gusta ser infeliz, me gusta el dolor, el sentirme mal, pero tambien, me gusta tener miedo. Si estaré tan acostumbrada que ya no recuerdo lo que no es sentirse asi, tan aterrada.
Todos tienen algo mejor que hacer en su vida antes de que estar conmigo, total soy una desgraciada que nadie escucha. Nadie me toma en cuenta, como se dice por ahi, soy el último orejón del tarro. El único pensamiento que me lleva adelante hoy en día es que se que en algún momento, esto va a acabar. Por fin voy a encontrar a la persona que se preocupe por mi, que me escuche y me ayude a salir adelante. Pero conociendome, cuando pase esto, voy a ser infeliz por tantas cosas más..
